En otro artículo del
blog, en el que hablaba de los ayaleses establecidos en Madrid, ya
nombré a Domingo Norzagaray. Amplio ahora la información sobre él.
Había nacido en Llanteno y se estableció en Aranjuez en 1.814 con
un comercio de tejidos al por mayor.
Entre 1.823 y 1.833
Norzagaray comenzó a ofrecer crédito a los círculos comerciales y
mercantiles de la capital, iniciando una larga relación económica
con otros grandes financieros madrileños como Bárcenas, Falcó,
Miqueletorena o Chávarri.
Paulatinamente se fue
integrando en los grupos capitalistas de tendencia liberal más
radicalizada, hasta el punto de que se podría hablar de una relación
directa entre su progresión patrimonial y la situación política
del momento. Así, es fácil encontrarle entre los miembros del
Comité de Comerciantes que en 1.835 apoyaban a Mendizabal en el
poder, junto con los que secundaron las medidas desamortizadoras o
contribuyendo a la financiación de la Regencia en 1.840.
Con la crisis de 1.848,
su fortuna quedó seriamente dañada, lo que le hizo pasar grandes
dificultades durante los años siguientes. Sin embargo, cuando murió
en 1856, su caudal ascendía a más de 20 millones de reales, no
obstante, la mayoría de sus bienes se concentraban en activo
irrealizable.
En el archivo de
protocolos es posible seguir la evolución de su fortuna.
En 1.814, en el
inventario de bienes practicado con motivo de su matrimonio, se
declara que su caudal ascendía a 409.427 reales, de los cuales el 70
% se encontraba concentrado en la casa-comercio que poseía en el
Real Sitio de Aranjuez.
Bajo protocolo fechado
en 1.839 se muestra una ampliación del negocio al heredar de su tío
político Tomás Pereda otra casa-comercio en Madrid, también de
textiles, por valor de 1.225.090 reales, significando una mejora de
las posibilidades de inversión, así como la consolidación de su
fortuna.
En 1.845 hay un nuevo
inventario de la fortuna de este personaje debido al fallecimiento
de su esposa Josefa Pereda. La cifra a la que asciende dicho
inventario es de 23.073.422 reales. Este caudal ya no se debe
esclusivamente al comercio de textiles al por mayor, sino a otras
vías de acumulación más lucrativas como los préstamos de grandes
sumas a particulares, los valores bursátiles o los bienes raíces
urbanos.
Posteriormente, en 1.846
se halla protocolizado su testamento, donde se nombra herederos a sus
hijos José, Casilda, Manuela y Tomasa, éstas dos últimas
entroncadas por matrimonio con familias del mundo de las finanzas:
Los Chavarri y los Bárcenas.
El último dato
económico que se encuentra en el archivo sobre Domingo Norzagaray es
el inventario definitivo de sus bienes realizado en 1.857, una vez
había fallecido el 22 de junio de 1.856. En esta fecha su fortuna
era de 26.489.249 reales.
En 1.830 había
adquirido su primer edificio en Madrid por valor de 562.075 reales.
Después de apoyar fervientemente los proyectos desamortizadores de
Mendizabal, en 1.836 y 1.837, compró otras tres casas en Madrid por
un valor conjunto de dos millones de reales.
En 1.845 y 1.846 compró
varias fincas en Jaen. Las consiguió a raíz de un préstamo que
había realizado años antes a la Duquesa de la Roca; ante la falta
de liquidez que presentaba su fortuna, las fincas fueron otorgadas
como pago de dicho préstamo.
Entre 1.833 y 1.839
empezó a invertir en bolsa, sobre todo en Deuda Pública, pero
también en otros valores (acciones de Sociedades, de seguros, de
compañías mineras, acciones del banco de Isabel II) a pesar del
riesgo económico que esto representaba. Al desencadenarse la crisis
de 1.848, tuvo grandes pérdidas.
Manuel Pérez Seoane y
Domingo Norzagaray, banqueros madrileños // José Cayuela Fernández
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