1/11/19

Sucedido en Menagaray

Año 1772
Este año fue mui tempestuoso su estio en esta t(ier)ra de Ayala por la mucha Continuazon de truenos y respectivos relámpagos con la conseqüencia de aguas piedras rayos y centellas de forma que la racionalidad perpleja atemorizada y conflicta como se dexa ver por los fúnebres acatos que el autor de esta nota evidentes los Escribe, (y tal vez la Magd dibina le libre, por hallarse quasi al plomo de donde dio quizas para notarlo para que en lo subcesibo noticiosos de estas rigurosas amenazas teman amen y sirban a la Magd que las envía o las permite, y cese todo latrocinio murmuración lascivia y otras ofensas contra su Magd y aplaquen su justa hira) y son que el dia 27 de Junio cayo un ramo de piedra que aunque en poco termino hizo bastante daño en lo que cogio asi en trigo como en Maiz en aquello mas por que esto bolbio y aun se espera abundante pr las muchas aguas si el otoño no lo daña.
El dia siete entre quatro y cinco de la mañana cayó en la torre de esta Ygª del Sr San Pedro una Centella o rayo hallandose una Muchacha en ella que fue a tocar la orazn y de paso como biese que tronaba se detubo a tocar y estando asomada a la tronera del medio dia cayo desmayada sin oir ni ver cosa alguna, sus Padres que se ponian en pie desacostados y el ya para vajar la escalera de la Casa oyendo el trueno tan tremendo descendio velozmente para llamar a la Muchacha quien bajaba aturdida y sin abla y mui congojosa se dexo caer en el piso de la Ygª y todos confusos y aturdidos sin saber que les sucedia hasta que adbirtieron una piedra labrada en frente de la Casa y dho Padre la reconocio y hollo ser de la Cornisa de dha torre la qual y tejas del texado de dha torre perdieron el de la Casa: gran susto pero demos gracias a Dios: Este dia por su tarde vino fuerte tempestad y cayo mucha piedra pero menuda, que la del dia veinte y siete dha fue de a mas de quarteron cada una: La noche del dia 15 de dho Julio desde el anochecer hasta la Cinco o seis de el siguiente por la mañana estubo en un continuo trueno y relámpago continuos rayos y Centellas y uno o una cayo en la casa de Juan de Ybarrola manchado pr apodo, vecino de Respaldiza a quien mato, hirio a su muger en una pierna y todas cayeron desmayados y los que bolbieron por si reconocieron el muerto y su muger que tardo mucho en volver por si y un Gato tambien muerto con su raton en la boca ( Cazó y fue Cazado) y tres cabras en la cavalleriza tambien muertas y tomo fuego un poste de dha Casa: año critico y abundante de Moscas: en esta noche todos dicen no dormieron sino llorar Gemir esperar y Clamar a Dios que crean que el fin del mundo venia pues todo hera fuego: esta fue la que se supo que Cayo; pero quantos y quantas fueran a correspondiencia de la multitud de truenos: Dios nos tenga de su vendita mano y tengamos presente que para quitarnos la vida no necesita su Magd mandar disparar rayos ni centellas que si lo permite asi sera pr n(uest)ros pecados; pero la lastima es que aun a venta de estas amenazas y otras que cada dia se ben prosigan:…….no lo quiero escribir sino declararolo correspondiente de ortografia que los inteligentes luego lo entenderan y metan la mano en su pecho. Dios nos embie la muerte a tiempo qe podamos decir Jesus, Jesus, Jesus…….. tambien en la torre del Mayorazgo de Murga cayeron dos Centellas dha noche: mas abajo de Sn Thomas de Perea vieron caer otras dos y la una hirio un roble.
Patxo Fernández de Jauregui
Menagaray, Libro de Fabrica 1728-1782. AHDV. Sig. 1853-3

27/7/19

Manuel Francisco de Aguirre y Arecha

Ya incluí anteriormente en otra entrada datos sobre algunos de los ayaleses que se instalaron en Madrid, pero fueron muchos más. En esta ocasión vamos a conocer a Manuel Francisco de Aguirre y Arecha, nacido en Menagaray el 25 de agosto de 1730. Hijo de Francisco Antonio Aguirre Amezaga y de Maria Arecha Arechavala

Comerciante y banquero, su actividad profesional transcurrió en Madrid desde mediados del siglo XVIII. En torno a 1760 pasó a regentar con cierto éxito una tienda de especería en la Calle Mayor y fue un miembro destacado de los Cinco Gremios Mayores. Tomó parte activa en la constitución de la Compañía de Lonjistas para el Comercio al por mayor de cacao, azúcares y especerías, de la que fue su director desde 1764 hasta 1768. De forma paralela mantuvo abierto un negocio de préstamo y gestión de capitales que  atendió las necesidades de muchos particulares, entre los que se encontraban importantes títulos nobiliarios como los condes de Baños y el conde de Aguilar. Tras dejar sus actividades comerciales en manos de su yerno, se retiró a vivir a la ciudad de Ávila, donde debio de fallecer después de 1789.

Manuel Francisco se casó con Teresa Josefa Sánchez  y tuvo 4 hijas. Su hija mayor, Mª del Carmen,   se casó con un  prometedor convecino de Menagaray, Juan Antonio de Mendieta, comerciante de profesión, quien parecía destinado a continuar el camino de su suegro, pero su muerte violenta en extrañas circunstancias en 1778 echaría por tierra las esperanzas depositadas en él.

Este hecho debió de afectar a toda la familia Aguirre que optó por avencindarse en Ávila. De esta forma se abriría una nueva etapa en la vida del comerciante, caracterizada por el alejamiento progresivo de los negocios madrileños. En la ciudad castellana vería el ingreso de su hija viuda en el convento de carmelitas descalzas de la Encarnación y años después, en 1783, la muerte de su esposa.

Al frente de su casa comercio en Madrid quedó su yerno Domingo Javier de Arecha y Retes, natural también de Menagaray, que se había casado en 1777 con su hija Mª del Patrocinio. Sus otras dos hijas, Mª Antonia y Manuela se desposarían con Antonio Serrano Revenga, capitán de los Reales Ejércitos, y con Antonio José Martínez González, vecino de la ciudad de Segovia.

Manuel Francisco de Aguirre vivió y murió como un comerciante y un hidalgo vascongado. A pesar de haber amasado una pequeña fortuna a lo largo de una vida de trabajo no se dejó llevar por los cantos de sirena del ascenso social. No se le conocen aspiraciones más elevadas que apuntaran a la consecución de un hábito o un título de nobleza. Fue siempre fiel a su profesión asegurando la continuidad de su negocio en manos de su familia.

Juan Luis Blanco Mozo

Cien empresarios madrileños / Eugenio Torres Villanueva et al. Lid editorial, 2017

21/4/19

Las tejeras


Hasta hace pocos años, nuestros pueblos eran autosuficientes en muchas de las cosas que necesitaban en su quehacer cotidiano. Un ejemplo de esto es la fabricación de tejas y ladrillos

Esta labor se realizaba en verano, ya que las tejas y ladrillos se secaban al sol. Habitualmente los tejeros que se encargaban de esta tarea eran asturianos que venían cada año desde su tierra y pasaban aquí todo el verano.
Las instalaciones con que contaban eran muy simples. En Menoyo, por ejemplo, disponían de una cabaña para el tejero que contaba con un pequeño horno para que se hiciese el pan, el horno en el que se cocían las tejas, la era donde se secaban y dos charcas donde se almacenaba el agua necesaria para amasar la tierra.
Los materiales básicos que se utilizaban eran tierra, agua y la broza necesaria para el fuego. En Menoyo se utilizaban dos tipos de tierra que se obtenían cerca de la misma tejera: blanca y roja en distinta proporción. También la broza se sacaba del monte cercano.
Además de tejas y ladrillos, también se hacia cal, aunque ésta en menor cantidad porque costaba más "quemar las piedras" con las que se hacía, que cocer tejas y ladrillos.
Durante el verano, la tejera se convertía en punto de reunión social para la gente del pueblo. También era motivo de altercados ya que se tendía a acusar a los tejeros de todo lo que sucedía. Además solía haber problemas con el agua de las charcas, porque los tejeros, para que el ganado no se bebiera el agua, la revolvían, enturbiándola.
En Menagaray se cuenta, como en una ocasión un perro se comió una pieza de tocino que los tejeros tenían colgada. Entonces éstos, cogieron el perro, lo caparon y colgándole los cataplines del cuello, le pusieron un cartel en el que ponía:
A la tejera fui,
los tejeros vi
los cojones me cortaron,
los traigo aquí.
Dios quiera que se vea mi amo
como yo me vi


La tejera se sacaba a subasta cada año con un pliego de condiciones en el que se preveía casi todo: desde como debían ser las tejas y ladrillos hasta que días se podía trabajar. Copio algunas de las condiciones sacadas de pliegos de distintos años conservados en el archivo de Menoyo:

El tejero se compromete a hacer el millar de teja a 250 pesetas y el ladrillo a 100 pesetas, siendo las medidas de largas 0,54 centímetros, anchas 0,27 atrás y 0,23 en la punta; en el medio llevará el grueso como las tejas buenas del año pasado. El ladrillo gordo será 0,29 x 0,14x 0,06 centímetros, el delgado 0,31 x 0,15 x 0,04 centímetros. Siendo bien cocido todo el material
La mezcla de tierra será de 3 partes de roja y 1 de blanca, sin que tenga piedras, estando bien mezcladas y batidas antes de hacer la teja y ladrillo
Los parcioneros se comprometen a cargar con el material de los 3 primeros hornos (el tejero pondrá en cada horno el ladrillo menos posible) comprometiéndose los parcioneros a acarrearle la tierra y broza que para dichos hornos necesita, siendo la moroya de los 3 hornos para los parcioneros
Los hornos que cueza después de los 3 ya citados será todo por su cuenta, quedando también la moroya en propiedad del tejero, con obligación de dar 250 tejas gratis de cada horno para el pueblo
La corta de leña la ha de hacer en la forma que indique el guarda o manero que venga a marcar, o sea, respetando toda planta de roble y pino, considerando fraudulenta toda corta de no efectuarla según disponen dichas reglas
Los días festivos y domingos no podrá hacer teja, ni leña, ni trabajo servil a no ser recoger teja tendida cuando amenace lluvia y cuando la teja se está cociendo por no poder suspender dicho trabajo
Se compromenten los parcioneros a irle dando para el sustento 100 kg de alubia, 250 de patatas, 10 kg de tocino y a precios convenidos por ambas partes
Los vecinos se comprometen a echarle cubierta a la chabola del tejero

Imágenes: Detalle de dos tejas firmadas encontradas en el tejado de la escuela de Menoyo
Goretti Mendia. Publicado en el nº 94 de la revista Zaraobe. Diciembre de 2003

6/3/19

Construcción de la fuente de Cobata

Para todos los aficionados a subir a Sierra Salvada, la fuente de Cobata rodeada de ganado bebiendo es una imagen habitual. Esta fuente, tal y como la conocemos en la actualidad, ha cumplido más de 100 años, ya que fue construida a principios del siglo XX

La ubicación original, según explica José Mª de Urquidi encargado del proyecto de la nueva fuente, estaba en una hondonada con 3 abrevaderos a nivel del suelo que recogían el agua que manaba de un sumidero a una cueva con un desnivel insignificante. Por esta razón se producía un embarramiento al ser continuamente pisada por el ganado, lo cual hacía que el agua no estuviera en las condiciones óptimas.

En el proyecto se propone desplazar la fuente unos 190 metros para conseguir un desnivel adecuado, y construir un depósito en el lugar que surge el manantial. La tubería será de hierro forjado y el abrevadero de mampostería hidráulica y cemento en el revestimiento interior para evitar las filtraciones. El resto de la obra se construirá de mampostería ordinaria. La obra se presupuesta en 2.103 pesetas y 26 céntimos.El Ayuntamiento de Ayala para sufragar los gastos, decide hacer una suscripción pública, comenzándola el mismo con 500 pesetas y aportando la corporación y empleados otras 116 pesetas.

Son numerosos los suscriptores particulares siendo de destacar las aportaciones de los más prósperos, incluyendo ayaleses que no ya no vivían aquí. Entre ellos, el marqués de Urquijo da 250 pesetas; los hermanos Udaeta de Madrid, 125 pesetas; Francisco Santa Marina, también residente en Madrid, 50 pesetas; y los Lastagaray de Menagarai, 150 pesetas. Los vecinos de los pueblos dan aportaciones económicas más pequeñas, de entre 1 y 15 pesetas, y ofrecen trabajo de peones voluntarios para realizar la obra.

Entre los suscriptores se reconocen muchos nombres de pastores, evidentemente interesados en una obra que mejoraba las condiciones del ganado en la Sierra: Santiago Irabien de Maroño (Alcalde del Ayuntamiento en ese momento), Federico Gutiérrez de Lejarzo, Toribio Álava de Añes, Vicente Albisua de Madaria, Higinio Menoyo de Aguiñiga, y otros muchos. Los pueblos de Villacián, Barriga, Billota, Teza y Lastras de Teza (Junta de Estrada) dan 187 pesetas. Por el contrario, los Ayuntamientos de Lezama, Oquendo y Amurrio y los pueblos de la Junta de Ordunte no aportan nada. Al final se recaudan 1.465 pesetas y 55 céntimos y se ofrece el trabajo de 74 peones para llevar a cabo la obra

Cómo suele suceder, la obra no estuvo libre de polémicas, y así se acusó al Alcalde del Ayuntamiento de Ayala de hacer la obra para su propio beneficio. El se defendió alegando que era una obra necesaria y pagó de su bolsillo el coste del trabajo del ingeniero, que ascendió a 500 pesetas. Por acuerdo del pleno del 20 de febrero de 1900, se aprueba el gasto de la obra. Las condiciones bajo las que se sacó a remate público el rompimiento o apertura de una zanja para el emplazamiento de la fuente fueron:

1º Será de cuenta del rematante el rompimiento de 140 m3 de excavación en roca para apertura de una zanja en término de Cobata de Sierra Salvada para emplazar una fuente y abrevadero en dicho término con sujección estricta al plano que se acompaña, levantado al efecto por el señor ingeniero D. José Mª de Urquidi.

2º Será obligación del rematante el terminar y hacer entrega de dicha obra el día 31 de mayo próximo venidero.

3º El remate se celebrará a vela muerta en la casa consistorial de este Ayuntamiento el día y hora que se anunciará por edictos, siendo cada puja de 5 pesetas, procediendo su adjudicación al mejor postor que resulte en el último día de remate y bajo el tipo presupuestado de 840 pesetas.

4º El rematante, para responder de dicha obra será obligado a dar fianza mancomunada a satisfacción de la mesa en el acto del remate.

5º La cantidad definitiva objeto de subasta será entregada al rematante tan pronto como haga entrega de dicha obra y resulte útil, previo reconocimiento facultativo.

La obra fue adjudicada a Segundo Alcorta, vecino de Artziniega, por 640 pesetas.

Goretti Mendia. Publicado en la Revista Aztarna nº 41 de Amurrio de junio de 2011
Información sacada del Archivo del Ayuntamiento de Ayala 

17/2/19

Los marqueses de la Villa del Villar del Águila

Titulo de Marqués de la Villa del Villar del Águila concedió a Don Juan de Urrutia por S.M. el Rey Don Carlos II, en Madrid a 6 de Julio de 1689
Don Carlos por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalen, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córcega, de Murcia, de Jaen, de los Algarbes, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales, Islas y Tierra Firme del Mar Oceáno, Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Brabante y Milán, Conde de Mapsburg, de Flandes, Tirol, Rosellón y Barcelona, de Vizcaya y de Molina, etc.
Por hacer bien y merced á vos Don Juan de Urrutia, Caballero de la Orden de Santiago, teniendo consideración á la calidad y meritos que concurren en vuestra persona, mi voluntad es que ahora y de aquí en adelante os podeis llamar é intitular y os llamen e intitulen y os hago e intitulo Marqués de la Villa del Villar del Águila; y por esta mi carta mando á los Infantes, Prelados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos-hombres, Priores de las Órdenes, Comendadores y Subcomendadores, Alcaides de los Castillos y Casas fuertes y llanas, y á los de mi Consejo, Presidentes y Oidores de las mis Audiencias, Alcaldes, Alguaciles de la mi casa y Corte y Cancilleres, y a todos los corregidores, Asistentes, Gobernadores, Alcaldes, Alguaciles, Merinos, Prebostes y otros cualesquier mis Jueces y Justicias y personas de cualquier estado, condición, preeminencia o dignidad que sean mis vasallos, subditos y naturales, así a los que ahora son como á los adelante fueren y a cada uno y cualquiera de ellos, uw os llamen e intitulen Marqués de la Villa del Villar del Águila, y os guarden y hagan guardar todas las honras, gracias y mercedes, franquicias, libertades, exenciones, preeminencias y ceremonias que por razón del título debeis haber y gozar conforme á lo que sobre ello está resuelto, y declaro que de esta merced habeis pagadoel derecho de la Media-anata. Dado en Madrid, á seis de Julio de mil setecientos y ochenta y nueve años. -Yo el Rey-Yo Antonio Zuyoide y Aponte, Secretario del Rey Nuestro Señor, lo hice escribir por su mandato- Marqués de Oropesa- Juan Arcegarllo Bueno- Licenciado Don Luis de Salcedo y Arbizu. Titulo de la Villa del Villar del Águila a Don Juan de Urrutia Retes.
 
Escudo de los marqueses

Al revisar la historia de los marqueses de la Villa del Villar del Águila me he encontrado con diversas variaciones en cuanto al paso del título a los sucesores del primer Marqués. Expongo aquí la que veo más acertada

El primer marqués, Juan Urrutia Pérez de Inoriza, nació a primeros de diciembre de 1645 en Llanteno. Hijo de Domingo de Urrutia y Retes y María Pérez de Inoriza. Marchó a Méjico a los 20 años. Se casó con María de Pujadas el 8 de julio de 1681, lo que le obligó a anteponer el apellido Jerónimo López de Peralta a los suyos ya que era una de las condiciones del mayorazgo de su esposa. Este mayorazgo, supuso un importante paso para situarse un grado mas elevado dentro de la sociedad mejicana. Murió sin sucesión y heredó el título con el resto de sus bienes su madre María Pérez de Inoriza una viuda de 76 años que hizo los trámites para disponer de la herencia que había recibido. Así pues, elaboró su testamento en el que se declaró heredera de su hijo mayor y, a la vez, nombraba por su heredero a su segundo hijo Domingo. El hijo de éste Juan Antonio Urrutia y Arana, ya estaba en Nueva España en casa de su tío y, aunque era el sucesor lógico, fue necesario llevar la sucesión en la forma establecida por las leyes. Así pues Domingo y su madre hicieron donación y renuncia del título y mayorazgo a favor de Juan Antonio el 25 de abril de 1694, poco antes de que ella falleciera.
Todavía existía una dificultad legal para que Juan Antonio disfrutara del título de marqués ya que había sido concedido con carácter vitalicio, es decir, por la vida de su poseedor y no en forma hereditaria. Por lo tanto se vio en la necesidad de solicitar en 1724 que se le extendieran los despachos correspondientes al título que le pertenecía. En 1738 el asunto seguía pendiente pero para su pronta resolución influyeron las obras hidráulicas que realizó en Querétaro.
Juan Antonio tampoco tuvo sucesión y el título volvió a sus parientes de Ayala. Juan Antonio recurrió a los hijos de su hermana María casada con Sebastián Fernández de Jauregui, vecinos de Menagaray. El mayor de sus hijos Sebastián Antonio se había trasladado muy joven a Nueva España con su tío. En 1728 se encargaba de administrar los bienes del mayorazgo, pero en 1740 murió soltero y no pudo suceder a su tío.
El siguiente en la línea de sucesión era Juan Antonio, nacido en 1699. El tercer marqués en 1742 estipuló que debía sucederle, pero cuando falleció su sobrino se había hecho cargo de la hacienda de su padre en Menagaray, estaba casado y había tenido 11 hijos. Por lo cual, en lugar de trasladarse a México, en 1745 le cedió el derecho a su hijo Juan Manuel Fernández de Jauregui y Arana. Cuatro años más tarde declaraba en su testamento que éste se hallaba en la ciudad de México en el goce del marquesado, aunque por poco tiempo. A principios de 1750 elaboró su testamento estando enfermo y dejó el título a sus hermanos Sebastián y Juan Antonio
Sebastián, convertido en el sexto marqués obtuvo licencia para pasar a Nueva España el 28 de mayo de 1753 para tomar posesión, pero tampoco vivió demasiado y en abril de 1755 ya había fallecido a los 24 años. El título paso a su hermano Juan Antonio Ángel. En 1756, el séptimo marqués abandonó Menagaray y pasó a Indias con sólo 16 años. Una vez establecido y confirmado en su título, contrajo matrimonio con Ana María de la Canal con quien tuvo tres hijos. Fué quien disfrutó durante el mayor tiempo del título y del mayorazgo. A los 67 años renunció al título, que pasó a su hijo y se convirtió en fraile Carmelita.
Juan Antonio Fernández de Jauregui y de la Canal octavo marqués y ya nacido en tierras americanas, había formado una familia y de esa manera se aseguraba la sucesión del título, pero la independencia de México y la supresión de todos los títulos finalizó el marquesado.
Hay genealogistas que han seguido a los descendientes del octavo marqués indicando que seguían en posesión del título
Sin embargo, parece ser que el título fue rehabilitado en 1919 por Juan Manuel de Urquijo y Landecho, Marqués de Urquijo, que también era de la familia Urrutia y pasó a sus descendientes


Estatua de Juan Antonio Urrutia y Arana, constructor del acueducto de Querétaro

ORTEGA PEREZ GALLARDO,Ricardo. Historia genealógica de las familias más antiguas de México. Austin, Texas, 1957
GARRITZ, Amaya. Los vascos en las regiones de México, siglos XVI-XX. MÉXICO 1999
Imagen del marqués sacada de internet (https://mapio.net/pic/p-15230733/)