Titulo de Marqués de la Villa del Villar del
Águila concedió a Don Juan de Urrutia por S.M. el Rey Don Carlos
II, en Madrid a 6 de Julio de 1689
Don Carlos por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de
León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalen, de Navarra, de
Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla,
de Cerdeña, de Córcega, de Murcia, de Jaen, de los Algarbes, de
Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias
Orientales y Occidentales, Islas y Tierra Firme del Mar Oceáno,
Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Brabante y Milán, Conde
de Mapsburg, de Flandes, Tirol, Rosellón y Barcelona, de Vizcaya y
de Molina, etc.
Por hacer bien y merced á vos Don Juan de Urrutia,
Caballero de la Orden de Santiago, teniendo consideración á la
calidad y meritos que concurren en vuestra persona, mi voluntad es
que ahora y de aquí en adelante os podeis llamar é intitular y os
llamen e intitulen y os hago e intitulo Marqués de la Villa del
Villar del Águila; y por esta mi carta mando á los Infantes,
Prelados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos-hombres, Priores de las
Órdenes, Comendadores y Subcomendadores, Alcaides de los Castillos y
Casas fuertes y llanas, y á los de mi Consejo, Presidentes y Oidores
de las mis Audiencias, Alcaldes, Alguaciles de la mi casa y Corte y
Cancilleres, y a todos los corregidores, Asistentes, Gobernadores,
Alcaldes, Alguaciles, Merinos, Prebostes y otros cualesquier mis
Jueces y Justicias y personas de cualquier estado, condición,
preeminencia o dignidad que sean mis vasallos, subditos y naturales,
así a los que ahora son como á los adelante fueren y a cada uno y
cualquiera de ellos, uw os llamen e intitulen Marqués de la Villa
del Villar del Águila, y os guarden y hagan guardar todas las
honras, gracias y mercedes, franquicias, libertades, exenciones,
preeminencias y ceremonias que por razón del título debeis haber y
gozar conforme á lo que sobre ello está resuelto, y declaro que de
esta merced habeis pagadoel derecho de la Media-anata. Dado en
Madrid, á seis de Julio de mil setecientos y ochenta y nueve años.
-Yo el Rey-Yo Antonio Zuyoide y Aponte, Secretario del Rey Nuestro
Señor, lo hice escribir por su mandato- Marqués de Oropesa- Juan
Arcegarllo Bueno- Licenciado Don Luis de Salcedo y Arbizu. Titulo de
la Villa del Villar del Águila a Don Juan de Urrutia Retes.
Escudo de los marqueses
Al revisar la historia de los marqueses de la Villa del
Villar del Águila me he encontrado con diversas variaciones en
cuanto al paso del título a los sucesores del primer Marqués.
Expongo aquí la que veo más acertada
El primer marqués, Juan Urrutia Pérez de Inoriza,
nació a primeros de diciembre de 1645 en Llanteno. Hijo de Domingo
de Urrutia y Retes y María Pérez de Inoriza. Marchó a Méjico a
los 20 años. Se casó con María de Pujadas el 8 de julio de 1681,
lo que le obligó a anteponer el apellido Jerónimo López de Peralta
a los suyos ya que era una de las condiciones del mayorazgo de su
esposa. Este mayorazgo, supuso un importante paso para situarse un
grado mas elevado dentro de la sociedad mejicana. Murió sin sucesión
y heredó el título con el resto de sus bienes su madre María Pérez
de Inoriza una viuda de 76 años que hizo los trámites para disponer
de la herencia que había recibido. Así pues, elaboró su
testamento en el que se declaró heredera de su hijo mayor y, a la
vez, nombraba por su heredero a su segundo hijo Domingo. El hijo de
éste Juan Antonio Urrutia y Arana, ya estaba en Nueva España en
casa de su tío y, aunque era el sucesor lógico, fue necesario
llevar la sucesión en la forma establecida por las leyes. Así pues
Domingo y su madre hicieron donación y renuncia del título y
mayorazgo a favor de Juan Antonio el 25 de abril de 1694, poco antes
de que ella falleciera.
Todavía existía una dificultad legal para que Juan
Antonio disfrutara del título de marqués ya que había sido
concedido con carácter vitalicio, es decir, por la vida de su
poseedor y no en forma hereditaria. Por lo tanto se vio en la
necesidad de solicitar en 1724 que se le extendieran los despachos
correspondientes al título que le pertenecía. En 1738 el asunto
seguía pendiente pero para su pronta resolución influyeron las
obras hidráulicas que realizó en Querétaro.
Juan Antonio tampoco tuvo sucesión y el título volvió
a sus parientes de Ayala. Juan Antonio recurrió a los hijos de su
hermana María casada con Sebastián Fernández de Jauregui, vecinos
de Menagaray. El mayor de sus hijos Sebastián Antonio se había
trasladado muy joven a Nueva España con su tío. En 1728 se
encargaba de administrar los bienes del mayorazgo, pero en 1740 murió
soltero y no pudo suceder a su tío.
El siguiente en la línea de sucesión era Juan Antonio,
nacido en 1699. El tercer marqués en 1742 estipuló que debía
sucederle, pero cuando falleció su sobrino se había hecho cargo de
la hacienda de su padre en Menagaray, estaba casado y había tenido
11 hijos. Por lo cual, en lugar de trasladarse a México, en 1745 le
cedió el derecho a su hijo Juan Manuel Fernández de Jauregui y
Arana. Cuatro años más tarde declaraba en su testamento que éste
se hallaba en la ciudad de México en el goce del marquesado, aunque
por poco tiempo. A principios de 1750 elaboró su testamento estando
enfermo y dejó el título a sus hermanos Sebastián y Juan Antonio
Sebastián, convertido en el sexto marqués obtuvo
licencia para pasar a Nueva España el 28 de mayo de 1753 para tomar
posesión, pero tampoco vivió demasiado y en abril de 1755 ya había
fallecido a los 24 años. El título paso a su hermano Juan Antonio
Ángel. En 1756, el séptimo marqués abandonó Menagaray y pasó a
Indias con sólo 16 años. Una vez establecido y confirmado en su
título, contrajo matrimonio con Ana María de la Canal con quien
tuvo tres hijos. Fué quien disfrutó durante el mayor tiempo del
título y del mayorazgo. A los 67 años renunció al título, que
pasó a su hijo y se convirtió en fraile Carmelita.
Juan Antonio Fernández de Jauregui y de la Canal octavo
marqués y ya nacido en tierras americanas, había formado una
familia y de esa manera se aseguraba la sucesión del título, pero
la independencia de México y la supresión de todos los títulos
finalizó el marquesado.
Hay genealogistas que han seguido a los descendientes
del octavo marqués indicando que seguían en posesión del título
Sin
embargo, parece ser que el título fue rehabilitado en 1919 por Juan
Manuel de Urquijo y Landecho, Marqués de Urquijo, que también era
de la familia Urrutia y pasó a sus descendientes
Estatua de Juan Antonio Urrutia y Arana, constructor del acueducto de Querétaro
ORTEGA PEREZ GALLARDO,Ricardo. Historia genealógica de las familias más antiguas de México. Austin, Texas, 1957
GARRITZ,
Amaya. Los
vascos en las regiones de México, siglos XVI-XX.
MÉXICO 1999
Imagen
del marqués sacada de internet (https://mapio.net/pic/p-15230733/)