Este pequeño pueblo, sobre el que pende desde hace años la amenaza de la desaparición por la construcción de un pantano para abastecer de agua a Bilbao, hunde sus raíces en la historia más antigua de Ayala. Así, en la carta de donación de tierras e iglesias del conde Diego de Porcellos al monasterio de San Félix de Oca, fechada el 21 de mayo del año 864, figuran entre otros el pueblo de Ervico.
En 1556 encontramos nominada ya la parroquia de San Juan de Erbi con una ermita, seguramente la de Santa Cruz de Pando. Servían entonces en dicha parroquia tres clérigos beneficiados que percibían sus diezmos en trigo, corderos y quesos; los mismos productos, propios de una localidad rica en monte, figuraban en la década anterior en un censo de rentas y frutos decimales fechada en 1542, a los que se añadían los diezmos de habas y manzanas, recursos principales de Erbi en el siglo XVI.
El pueblo estaba formado por varios barrios dispersos: barrio La Llana, caserío Solallana, barrio de San Juan, centro del pueblo en el que se sitúa la parroquia, barrio Albiturria, barrio Gotara, barrio Ibarra, caserío Lujatea, caserío la Cerrada y el barrio Uría. Todos ellos disponían de fuentes y había 2 molinos harineros, según recoge el Diccionario Gecográfico-Estadístico-Histórico de Madoz. En 1883 se transforma en escuela la antigua ermita de Santa Cruz de Pando.
Su población ha fluctuado a lo largo del tiempo. A mediados del siglo XVI contaba con 22 vecinos, cifra que había aumentado a 24 pagadores enteros, cuatro medios y un cuarto en el censo de 1562. En el censo de Floridablanca de 1786 aparecen 109 habitantes, todos hidalgos y labradores. En el siglo XIX se contabilizan 25 vecinos que se reducen a 12 vecinos y 64 habitantes al comienzo del siglo siguiente. En 1930 vivían en el lugar 46 habitantes, en 1950 eran 54, que en 1973 se habían reducido a 23, 15 en el censo de 1983 y 12 en 1986, y en la actualidad su población es todavía más reducida.
Como todos los pueblos de Ayala, tuvo su cuota de emigrantes. Así tenemos como ejemplos a Mariano, Petra y Rosario Basualdo Elejalde que se trasladaron a Méjico; Pedro Mª Angulo Belaunde que fue a Montevideo; Nicolás del Campo Isasi que se instaló en Támpico; Juan y Manuel Irabien que emigraron a la ciudad de Méjico o Manuel y Pablo Mendia Angulo que vivieron en La Florida (Montevideo).
- Catálogo Monumental de la Diócesis de Vitoria: Las vertientes cantábricas del Noroeste alavés/Micaela Portilla.
- Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar/ Pascual Madoz.
- Ayaleses en América / Goretti Mendia (Sin publicar).
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